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Las clásicas cucharillas, hoy en día casi olvidadas por los complejos señuelos, retornan al agua.
Peso | 4, 6 y 10 gr |
2,13 €
IVA incluido
La cucharilla de pesca se viene usando desde hace más de 150 años. Inicialmente, para salmónidos pero desde hace años para todo tipo de depredadores como el lucio, el black bass o la lucioperca. La idea original es de Julio Thompson Buel, un americano del condado de Vermont muy cerca de Cánada. Este peletero tenía una única pasión, LA PESCA.
Practicándola en el lago Bomossen desde su pequeña embarcación, paro a comer y por descuido dejó caer una pequeña cucharilla. Al seguirla mientras se hundía pudo comprobar como descendía en espiral con destello intermitente que no pasó desapercibida a un enorme pez que la engulló en un instante.
Al día siguiente, volvió a pescar con una cucharilla a la que había quitado el mango y soldado un anzuelo con las que pescó dos enormes truchas. La técnica se fue extendiendo entre los pescadores de la zona y Julio se lanzó a su fabricación. Los modelos actuales, aunque incorporan importantes mejoras, mantienen la esencia de la patente original. Su pesca, aunque eclipsada por los impresionantes señuelos artificiales de todo tipo, sigue siendo una de las más eficaces para los bases poco activos, tanto en el arranque de primavera, como en las bochornosas jornadas veraniegas.
Este artilugio bien usado, se adapta a la perfección a casi cualquier escenario de pesca, incluso a los más complejos con estructuras, rocas y/o vegetación sumergida. Se puede usar a fondo, media agua e incluso en superficie. Es el propio pescador el que, con su manejo, decide como la quiere usar. Aunque hay muchas formas, proponemos 4, las más populares y efectivas:
RECOGIDA CONTINUA: la recogeremos a ritmo constante y a la velocidad que mejor se adapte a nuestro modelo (movimientos, brillos, reflejos, ondulación, et).
A GOLPES DE CAÑA: mediante pequeños tirones en nuestra caña, trabajaremos a diferentes velocidades y profundidad.
PARADA: lance y parada, la dejaremos que se hunda libremente, exhibiendo el giro de la cucharilla y al golpear el fondo, haciéndola subir con un recogida rápida ayudada de un tirón suave.
A FONDO: como cualquier otro señuelo lastrado, se puede llevar por el fondo, al saltos o arrastrándola de forma continua o a tirones.
A SUPERFICIE: inmediatamente después de que toque el agua iniciaremos una recogida continua o a pequeños saltos por la superficie. Siempre evitando sacarla del agua.
Este año, en el que los peces se muestran extraños y aún tempraneros, convienen cucharillas grandes y ruidosas, adecuadas a un pez en freza o vigilante del nido que no dudará en atacar para alimentarse o para proteger su territorio. Preferiblemente con colores plateados y holografías que emitan grandes destellos y vibración. Cuando el pez se muestra parado y le cuesta comer, optaremos por cucharillas de poco peso y talla. En este caso, para llamar la atención del pez utilizaremos colores llamativos como el amarillo, el rojo o el negro. La cucharilla se suele montar a pelo. Es decir, anudándola directamente a la anilla de cabeza. Sin embargo, somos muchos los pescadores que las enmarascamos con algún pequeño señuelo de vinilo tipo swimbait, senko o cualquier otro que pueda anzuelarse con ella. Hay quien quita el triple que trae y lo sustituye por un vinilo con su anzuelo ya montado.
Peso | 4, 6 y 10 gr |
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