El montaje, como el de otros cangrejos, es muy amplio. Al ser flotante, necesita plomarse para poder llevarlo al fondo y moverlo con control. Lo podremos usar en pesca vertical haciéndolo subir 2 - 3 m o con el movimiento habitual (desplazamiento a pequeños saltos por el lecho, cuanto más despacio mejor).

En el caso del DOLIVE CRAW, me gusta aprovechar el pedaleo de sus pinzas, dando golpes largos (lo que nos de nuestro brazo y posición), firmes, pero suaves. Que le de tiempo a desplegar toda la artillería que alberga. Después, nos detendremos y le haremos reposar unos pocos segundos antes de retomar su viacrucis. Podemos ir alternando estos barridos con pequeños saltos de diferente altura con los que golpear las piedras.

En nuestras últimas salidas, con el nivel de los embalses por los suelos y los peces muy paradas, lo hemos montado del revés. Con un anzuelo curvo y el cangrejo mirando hacia nosotros. Es decir, buscando al bass. Para que guarde mejor la posición, es recomendable ponerle un insertable. En mi caso, uno de cristal con tres pequeños plomos que además de lastrar, hacen de sonajero. En concreto, el GLASS RATTEL de DAMIKI que os animo a conocer, son una "pasada".